Amigos y amigas en la distancia, quiero compartir con ustedes el prólogo que hiciera la profesora María Teresa Fuenmayor a mi novela "El Banco de la Infamia" pronta ya a ser publicada gracias al apoyo de la Alcaldía del Municipio Zamora
Todo proyecto comienza siendo una
idea, tiene un proceso de gestación
y va tomando forma antes de
cristalizarse como una realidad tangible.
Tuve el privilegio de ser
espectadora cercana de la parte final de la gestación de “El Banco de la
Infamia” y presenciar el gozoso proceso de su parto – acelerado-. El autor,
aprovechando la cercanía de nuestros domicilios, me hizo partícipe de ese
prodigioso proceso. Con plena libertad
utilizo el término “prodigioso” ya que me llevan a él distintos factores: el haber leído desde las primeras páginas
transcritas por el profesor (no en una PC sino a mano, a lápiz, en hojas
blancas), experimentar el leerlas con avidez, quedarme en suspenso y ansiosa al
finalizar la lectura necesitando saber qué ocurriría después en la trama.
Recibir –ese mismo día o apenas el
siguiente – el aviso del profesor: -“Pase por acá cuando pueda, escribí un poco
más.” Ir a su casa imaginando encontrar
a lo sumo un capítulo más y encontrarme con cinco capítulos nuevos unas veces y
otras hasta diez, todos “paridos” a eso de las 2 ó 3 de la madrugada, cuando la
penumbra y el silencio circundantes eran marco favorable al parto ya mencionado
.
En tiempo record el Prof. Marcos Leal concluyó los 83 capítulos que
formaban la obra original –antes que diversas circunstancias vivenciales de
índole personal, social y nacional dieran lugar a un nuevo proceso creativo-
sin que la velocidad del parto afectara en forma negativa al recién nacido ya
que no s encuentran en esta novela improvisaciones ni al final quedan en ella
cabos sueltos.
Numerosos son los personajes de esta
novela, cada uno con sus peculiares características, que nos llevan a recordar
muchas veces a seres que se han cruzado de una forma u otra en nuestro camino
vivencial real. Estos personajes van
entrelazando sus vidas, sus historias, gestos, sentimientos y acciones como una
gran red –una red social pero para nada virtual. Y nos atrapan en esas
vivencias de manera tal que con ellos reiremos y lloraremos, sentiremos su
impotencia y frustración o gozaremos de su exitosa realización.
El alma humana es un
caleidoscopio. Hablar de oscuridades, claridades, colores planos mezclados con matices
es quedarse corto. En El Banco de la Infamia se entremezclan, se agitan, se
persiguen, se encuentran, se entrelazan y son antagónicos matices del alma y
sentimientos contradictorios.
Encontraremos manifestaciones mezquinas de parte de algunos, generosas
por parte de otros. También estaremos
en contacto con la magia, la sensualidad, la picardía, la pasión y el
humor. El suspenso acompañará la
historia de principio a fin así como el mensaje social y político ya sea en
forma explícita o implícita.
Leyendo sus páginas aprendí muchas cosas, también me cuestioné
otras. La considero una novela necesaria
y quisiera que cada persona aficionada o no a la lectura pudiese tener acceso a
este texto necesario y perenne. No digo
perenne con arbitraria ligereza sino porque desde su atemporalidad literaria
veo que también juega con otra atemporalidad, y es el hecho de que aún cuando
de vez en cuando menciona sucesos reales que pueden ser ubicados históricamente
en un espacio y tiempo específicos, “El Banco de la Infamia” nunca perderá
vigencia por su manifestación crítica de virtudes y vicios inmortales por
cuanto son y serán siempre inherentes a la naturaleza humana.
Les invito a leer los dos primeros capítulos, quedarán atrapados en su fascinación
y ya no podrán soltarla hasta el final.
La recomiendo como obra de lectura, de obsequio, de discusión y hasta de
consulta.
No les robo más su tiempo, prefiero que se lo dediquen a una obra hecha con amor, pasión y buenas intenciones por alguien que es creyente fiel en una ideología social y política de la cual no ha obtenido ni obtiene lucro alguno, lo cual es signo de autenticidad.
No les robo más su tiempo, prefiero que se lo dediquen a una obra hecha con amor, pasión y buenas intenciones por alguien que es creyente fiel en una ideología social y política de la cual no ha obtenido ni obtiene lucro alguno, lo cual es signo de autenticidad.
María
Teresa Fuenmayor Tovar
Villa
de Cura, julio 2013
NOTA: Diseño de la portada: Lcda. Belkis Martinez y Lic. Marcos Leal
Dibujo: María Teresa Fuenmayor
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