Por: Marcos Julio Leal Ceballos
Para la Licenciada Nelly Isaya, mi amiga, que estoy seguro que en el Cielo danzando está.
El amor, la inteligencia, la belleza, la vida, son etéreos.
Naciste con la fortaleza y la inteligencia de una reina.
Naciste como Reina de Corazones
con orgullo y sin dobleces.
Naciste para caminar con nobleza y con donaire,
para agitar tus lindos cabellos al aire.
Creciste en tu dulce hogar
al lado de tu singular madre
oyendo música de rock
y a Aquiles, Ludovico y Marx admirando,
leyendo y asimilando para tener criterio, pensamiento y comportamiento
original.
Fuiste a los veinte hermosa mujer.
Reina, madre y amiga.
Tu hermosa vida dedicaste al cuidado
del ser humano.
Ayudaste a nacer y a bien morir a mucha gente
con tu hermosa profesión de enfermera.
Pasaste por las artes
porque tú naciste artista, para enfrentar
la vida y la muerte a cada instante, de
ese volver a volver, donde todo está olvidado.
Cuando Pedro, tu sobrino, con discreción
me llamó: "...Se nos fué la reina",
el golpe fue duro y directo.
Te fuiste sin despedirte
pero antes de irte nos diste una lección
de entereza: sola y con gran destreza
dejaste todo arreglado.
Así eres tú: práctica, ruda, única y sin dobleces.
Cuando recibo tan ingrata noticia
mi también amigo Pablo está en mi casa
dándome la información que también
la enfermedad su cuerpo y mente acongoja.
El corazón se me arruga,
logro ahogar un grito de lamento,
mis blancos cabellos halo, para llamarme
a capítulo. Mi madre no debe saber
nada pues está aún convaleciente.
Despido a tu sobrino, con un "gracias" que
apenas de mis labios sale.
Él me dice: -"Cuida a la Doña, que ella
está muy enfermita y ella es como
hermana de maíta y las queremos
a las dos"
Me devuelvo y subo los tres peldaños de
escalera que me separan de la entrada
interior de mi casa.
Mi cuerpo se niega a obedecer mi voluntad
y mi alma vuela y se desplaza
para comprender que la reina Nelly
ya descansa.
Mi amigo parado en el portal está
con su cuerpo y cara demacrada por
el esfuerzo de luchar contra tan
perversa enfermedad. Me preguntó:
-"¿Qué pasa?" Nada pasa, amigo, solo
me estaban dando una información.
Pero aún mi cuerpo y mi mente
no entran en verdadera razón.
Entro a la casa y mi madre deja
aflorar su sexto sentido pues tiene
sus ojos vendados...-"Hijo ¿Pasa algo?"
Nada pasa, madre, es sólo una información
que me han dado.
Le he mentido a mi madre enferma.
De nada ella debe enterarse. Tengo el alma
hecha pedazos imaginando a la querida
familia con el corazón
desgarrado,
sin poder llorar a la hermana ida
ante la madre también en estado
de salud
delicado.
Reconfortamos a mi amigo. Le digo:
Lucha, eres fuerte y no hay nada
que pueda contigo...
Lucha y vencerás todos los obstáculos.
Eres un campeón, eres el mejor, eres
sin igual, eres compositor musical.
Ve, anda a escribir tus canciones
bellas.
Sigue cantándole al llano, a la
luna y al ganado.
Cántale a la mujer
que es tu eterno ser
amado.
Mi amigo se despide,
se va con su hijo,
Lleva una sonrisa, como que ya se ha
inspirado para escribir una canción
bella
a la mujer que es
su estrella.
Me quedo con mi interior sufrimiento
sonriendo y aparentando que este hondo
dolor en mí no ha dejado
huella.
Han pasado tres días.
El sepelio de la reina
se ha efectuado.
Reina, te fuiste con tu luz
a alumbrar el Universo.
Te fuiste entera,
bella por dentro y por fuera.
A pesar del mal que te atacó
Dios no permitió que se te enterrara
por partes
pues fuiste y eres una
hermosa obra de arte.
Acá no hay adios,
ni saludo a la bandera.
Aquí hay un "Hasta luego"
y, cuando me han dicho:
-"Llora, llora, para que te desahogues
pues llorando se manifiesta lo que sientes"
- mis ojos secos, sin emoción, sin aliento-
he contestado:
- "Amigos, amigas,
no se preocupen
que estoy llorando por dentro."
DOS COMENTARIOS:
Krístel Guirado
9 de enero de 2013 06:09
Qué bello Marcos ... La describes perfectamente ... Es hermoso hermosos ... Krístel Guirado
Marcos Julio Leal Ceballos
9 de enero de 2013 13:45
Querida amiga, un abrazo en la distancia. El amor, al igual que la energía, no se acaba nunca. Lloramos la ausencia pero todos tenemos el gran consuelo de que algún día nos volveremos a reunir porque somos espíritus trabajando nuestro crecimiento en el plano terrenal. Te quiero. Marcos Leal
