Por: Marcos J. Leal Ceballos
Por favor
que no venga nunca la señora del eterno olvido
Por favor
que mi amor y el deseo por tus carnes y sabiduría se vuelvan perennes
y no tengan olvido
Por favor
que repiquen las campanas con alegría
para que esta bienvenida
nunca quede en el rincón del polvoriento olvido
Por favor
que aun después de irme
no sea diluido mi gran amor por ti
en los pasajes del obligado olvido
Por favor
que mis ridículas letras y mi canto simple al amor, al estudio, a la lealtad y a la vida
no se las lleve nunca
la señora del eterno olvido
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