martes, 22 de noviembre de 2016

EL HOMBRE DEL TRIGO (NOVELA) PRIMEROS DIEZ CAPÍTULOS


Por: Marcos Julio Leal Ceballos





El talento sin probidad, es un azote.
Simón Bolívar


La Revolución Liberadora es cultural, se logra solo a través de la educación.




DEDICATORIA


A DIOS Todopoderoso, creador del amor y la verdad.

A la memoria de mi padre José Leal y de Cristóbal Ceballos, nacidos para el trabajo digno, el amor  y la amistad plena.

A mis amigos y amigas que están en otros planos etéreos,  siempre a mi lado.

A mi Comandante, quien con su sacrificio nos llevará a trabajar arduamente para ganar todas las batallas que se nos presenten, y continuar de Victoria en Victoria

A Robert Serra y María Herrera, Generación De Oro que vuelan al lado de su pueblo en un acompañamiento eterno.

A todos y todas los (as) Caídos(as) en la defensa de la liberación de los pueblos.



AGRADECIMIENTO

 A mi madre Felicia Ceballos, quien a sus noventa y ocho años de vida, continua  con fe inagotable en Dios, luchando por un futuro mejor para todos y todas.

A mis compañeros y compañeras de camino que me levantan a cada instante cuando mis fuerzas me abandonan.

A mis queridos y queridas estudiantes que con su indagación, discusión y acción participativa diaria, construyen conocimiento científico, abonando  a la creación del socialismo del siglo xxi.

A los miles y miles de facilitadores(as), Supervisores(as), Coordinadores(as) de las misiones sociales: Robinson, Ribas, Sucre y Cultura, que diariamente se adentran en todos los sectores de difícil acceso, cárceles y sitios donde se necesite la atención humanitaria para atender a nuestros compatriotas.

Gracias a los hermanos(as)  que desde la lejana Cuba han venido a practicar su voluntariado internacional, metiéndole el hombro, para satisfacer las necesidades prioritarias de  las poblaciones más  desasistidas por gobiernos anteriores.

A mis familiares y amigos(as) por comprender mis reiteradas ausencias




RECONOCIMIENTO


A Carlos Alberto Palma Reyes,  brillante abogado, escritor e investigador, defensor de la Revolución Liberadora del siglo xxi, perteneciente  a la  Generación de Oro, Jóvenes Ciudadanos de la República Bolivariana de Venezuela



A Rafael Rengifo, Licenciado, Profesor, Promotor del Poder Popular, Investigador  Político, Guía de Jóvenes Estudiantes y Profesionales, hoy Ciudadanos del Mundo.


A Noelia Margarita Montero Pérez, Tres veces Licenciada, innumerables veces Luchadora Social, Fundadora de la Misión Robinson, amiga sin igual.

A Thaimi Rafaela Izzo Bolívar, Promotora Social, Tres veces Universitaria, Profesora, Fundadora de las Misiones Sociales, amiga, compañera y camarada incondicional.

A Cesar Rafael Moreno Barrios, baluarte de lucha incansable por un mejor vivir para todos y todas

A la Profesora María Teresa Fuenmayor Tovar escritora y poetisa, promotora de sueños en palabras escritas en versos, prosas y canto, hacedora de teatro infantil, solidaria con todos y todas.


GRACIAS, MUCHAS GRACIAS, POR ESTAR SIEMPRE ALLÍ




PRÓLOGO DEL AUTOR



La novela (Del it. novella, noticia, relato novelesco), f. Obra literaria en prosa en la que se narra una acción fingida en todo o en parte, y cuyo fin es causar placer estético a los lectores con la descripción o pintura de sucesos o lances interesantes, de caracteres, de pasiones y de costumbres.
Hechos interesantes de la vida real que parecen ficción.
Ficción o mentira en cualquier materia.
El Hombre del Trigo es un escrito en prosa, totalmente de ficción, los personajes y situaciones han sido creados por su autor, nada tienen que ver con ninguna realidad en el espacio-tiempo.

Si usted amigo(a) lector(a), se atreve a leerla y se encuentra identificado con algunos de los personajes o situaciones esto será fruto de su imaginación y pura coincidencia, pues esta es una modestísima novela, irreal, fabulada o fingida.

El autor.





ÍNDICE



CAPITULO 1.El Hombre…………………………………………
CAPITULO 2 La Mujer…………………………………………...
CAPITULO 3.El Niño……………………………………………
CAPITULO 4.La Niña…………………………………………….
CAPITULO 5. Es Carnaval………………………………………..
CAPITULO 6.Sin Ninguna Oportunidad…………………………
CAPITULO 7.La Verdad Se Oculta………………………………
CAPITULO 8.Error Lamentable………………………………….
CAPITULO 9.La Claridad De Una Mujer………………………..
CAPITULO 10.Tiempo Pasado…………………………………...



CAPÍTULO 1

EL HOMBRE


El hombre se mueve lentamente  para ver mejor al poderoso jefe de la policía del Estado venezolano, gira sobre sus talones, le mira y sonríe. No le agrada para nada tener que respirar el mismo aire que un azul, los considera más corruptos que la palabra misma.

Para sus adentros él sí tiene su “propia moral”
Él es amigo de sus amigos, en cambio, los policías -según él -  no tienen amigos, o más bien, sí tienen un solo amigo: el dinero, venga este de donde venga, sin importarles cómo venga.

El doctor Fernando Guzmán Toro en el Capítulo III de su magnífico libro Ética Y Bioética En Medicina, apunta sobre la moral: “… se define como un conjunto de normas que son aceptadas por la sociedad, que se consideran como válidas y que tienen como finalidad regular las conductas de los hombres dentro de la sociedad.

(…)La moral ha experimentado cambios en el transcurrir del tiempo:
a. En los pueblos primitivos la moral se relacionaba con un conjunto de costumbres que eran necesarias para mantener el equilibrio y la armonía dentro del grupo social tales como:

a.1 No robar.
a.2 No matar  (…)
f. Durante  el siglo XX y el siglo XXI, se observan modificaciones y cambios con relación  a la moral, caracterizada porque sus normas son menos rígidas y establecen menos restricciones.”(Guzmán Toro; 2013:33-34)

Este hombre tiene y practica su propio concepto de lo que significa la moral.

     Los dos hombres se enfrentan, el policía conoce todo, o más bien, casi todo lo relacionado con los últimos años vividos por el individuo que tiene al frente.

     El hombre luce formidable, se diría que es un atleta de alta competencia y, lo es en cierto modo, pues se ejercita religiosamente todos los días en toda clase de artes marciales conocidas y en el manejo de todo tipo de armas, vehículos y aviones.

      Es el menor de trece hermanos de los cuales quedan viviendo solo tres: el cura, el enfermero y él. Fueron todos hijos de la misma madre,  cada uno tuvo un padre diferente. El suyo nunca lo conoció.

 Al principio le hizo falta padre, después no tuvo tiempo para pensar en eso, solo tenía tiempo para sobrevivir, y con ello, se conformaba en sus primeros años de vida.

     A sus treinta y ocho  años, él tiene doce hijos con  cuatro mujeres diferentes. Todas le amaron y aún le aman porque dicen en su círculo que la mujer de malandro, siempre será la mujer de ese malandro, pase lo que pase. Claro  está,  hay una gran diferencia, pues ahora, él no es malandro, es un señor, o mejor dicho aún, él es Don Joselillo.

     Don José Gregorio Montiel, nació en Maracay, de madre soltera, es el menor de todos sus hermanos, su madre aún  viva se encuentra, de su  antigua  belleza  no queda absolutamente nada, las muertes tras muertes de casi todo sus hijos acabaron con su lindo rostro y hermosa figura  e igualmente con las ganas de vivir también. A sus sesenta y cinco años pareciese que ha caminado ya por los cien.


 El hombre desecha esos recuerdos y se prepara para conversar con este policía persistente, que lo viene siguiendo desde el centro del país, y  a quien ninguno de sus poderosos contactos en el gobierno ha podido “sacudir”, o sea, detener.




CAPÍTULO  2

LA MUJER


El hombre maltratador engendra hijos maltratadores, cumpliéndose un ciclo interminable de vidas miserables, es por ello que hay que parar esa línea ininterrumpida de maltratos.
La mujer ahora tiene derechos, luchados y consagrados en la Constitución de la República ya que el mismo pueblo a través de sus aportes y discusión  logró derribar el entramado jurídico que en oscuros años transcurridos y  desde todos los tiempos hizo de la mujer un ser de invisibilidades, hasta que llego la revolución y devino el hecho de que la mujer existe como individuo de la patria y así  tomó su papel protagónico en esta nación.

La mujer adulta, ahora es una brillante abogada, Sola piensa:

“Mi madre fue maltratada”.

Para ella no existió la Ley orgánica sobre el Derecho de las mujeres a una vida Libre de Violencia. Son muchas las mujeres que ignoran esta Ley, ni siquiera conocen el artículo treinta y nueve  que establece:

 ”Quien mediante tratos humillantes y vejatorios, ofensas, aislamiento, vigilancia permanente, comparaciones destructivas o amenazas genéricas constantes, atente contra la estabilidad emocional o psíquica de la mujer, será sancionado con prisión de seis a dieciocho meses”

Cuántos seres traumatizados hubiésemos evitado

Mi pobre madre todo lo aguantó, llorando en los rincones de una casa que después de ser suya pasó a ser de otra persona que nada tenía que ver con los esfuerzos realizados para formar y sostener a una familia cuyo padre estaba en actividades que le mantenían por largo tiempo fuera del hogar, teniendo una vida muy irregular.

Hasta que un día decidió independizarse, qué digo independizarse, cambió un yugo por otro. La madre de Don Joselillo fue una mujer maltratada y por ello engendró hijos maltratadores. Pasado el tiempo Don Joselillo, mi padre,  es ya hombre, se casa varias veces, ya yo había nacido, y mi madre sabiendo que se había casado con un hombre maltratador, cuando estaba embarazada de quien fue su último hijo, expresó:    


 “Tú, hijo mío, serás un hombre de bien, colaborador en los oficios de la casa, solidario con tus compañeras de escuela, compañero de tus iguales y ciudadano del mundo. Eso serás”


Pasaría el tiempo y la mujer sola en su casa, se pasearía con un bebe, de arriba abajo, pensando y esperando, siempre esperando, en una jaula de oro.


Toda la casa está decorada con motivos navideños.
La mujer toma al niño en su regazo y le entona una muy vieja canción de cuna:

“¡Duérmete mi niño que tengo qué hacer: lavar los pañales y ponerme a coser!”

Se levanta de su mecedora y camina hasta la ventana. Recuesta su aún bello rostro a los cristales de la ventana y sus ojos se fijan en la distancia, balancea al niño en sus brazos y continúa con otra vieja canción:

“¡Niño lindo ante ti me rindo, niño lindo eres tú mi Dios, niño lindo ante ti me rindo, niño lindo eres tú mi Dios!”

Con mucha gracia se aleja de la ventana, camina hacia la cama y con sumo cuidado deposita al niño en ella. Lo arrulla nuevamente cantando:

“¡Duérmete mi niño que tengo qué hacer: lavar los pañales y ponerme a coser!”





CAPITULO 3

EL NIÑO

Estamos en el mes de mayo, unos pocos años atrás, el hombre joven de cuerpo atlético está en una casa alquilada muy cerca de su ciudad natal, es noche cerrada, ha regresado de uno de sus largos viajes y su segunda mujer le ha dado una muy buena noticia:  esta embrazada y es un niño.

-¿Maribel, estás segura de que es un niño? 
-Si Joselillo, es  varón,  la doctora María Yusty me lo aseguró, es un niño, ahora nuestra niña tendrá su hermanito, hemos sido bendecidos por Dios, es varón, Joselillo, es varón. 

El hombre vuelve la bella cara para ocultar una lágrima que se asoma a cada uno de los  ojos en su  joven rostro.
-Maribel, mañana mismo vamos a comprar una casa en un lugar más seguro, mi hijo debe crecer fuerte y seguro al lado de su hermanita.

-Si Joselillo, lo que tú digas. 
Esa noche muy alegre  se quedó en la casa con su segunda mujer.

 A media noche se levantó y saliendo hasta el patio interior de la casa se arrodilló y dijo:


-Dios, sabes que yo no soy muy creyente, dejo el encargo de las oraciones a mi hermano el cura, pero te pido un favor, quiero un hijo que tenga los ojos como mi mujer, concédemelo y siempre me portaré bien en Semana Santa  e  iré a la procesión del Santo Sepulcro de Villa de Cura. 

Y el niño nació sano y con los ojos verdes como su madre, a los cinco años y en Navidad su padre se lo llevó para comprarle ropa nueva.

 No sabemos qué pensó el hombre hacer de su pequeño, porque nunca más su madre  conscientemente volvió a ver el rostro a su hijo. 


CAPITULO 4

LA NIÑA

De su  segundo matrimonio primeramente, nace una bella niña, le colocan por  nombre  Victoriana. Pasado el tiempo la niña se convierte en adolescente, es dirigente estudiantil en su liceo, se dedica a ayudar a las buenas causas,  a su padre solo lo recuerda en Navidad cuando se aparece para comprar el árbol, para adornarlo  con motivo de esas celebraciones y salir de compra  de los estrenos que se acostumbran en esa época.

El hombre llega a la casa de su hijo e hijas muy de madrugada.

- Levántense, vamos a comprar los estrenos para Navidad.
-Hola, papá.
-Hola, papá.
-Hola, papá.
-¿Dónde está Victoriana?
La niña mayor, ya despuntando a mujer aparece en la escena en el comedor de la casa diciendo tranquilamente:
-Hola, papá, no voy a ir de compras, con la ropa que tengo es suficiente
-Niña ¿Y quién te dijo a ti que la ropa vieja es suficiente? Véngase,  nos vamos en avioneta a la isla. Este año te irás a la universidad y necesitarás estar siempre presentable, eres mi hija, hija de Don Joselillo, no  se hable más ¡Serás abogada de la república, más nada!







CAPITULO 5


ES CARNAVAL

La Plaza de Milla, en la ciudad de Mérida, luce como siempre por estas épocas, engalanada de serpentinas, colgadas estas de sus viejos y barbudos árboles.

 Los dos hombres se han encontrado en la acera de esta plaza, frente al antiguo Cuartel de Cazadores.

       No ha sido fácil para el policía poder seguir los pasos de este hombre, por algo es el  Gran jefe, o Gj, como es su nombre en clave. Cuántos años de pesquisas y ninguna delación, solo se tiene un tenue conocimiento que muchos cuerpos humanos están en edificios que el grupo de malhechores  tiene en el país. Estos cadáveres han sido  incrustados en numerosas construcciones.

Y acá nadie sabe nada, nadie ha escuchado nada, nadie  ha visto nada, se cumple la antigua ley traída de otro continente, la ley de la Omerta.

 Ninguna detención, ni siquiera le aparece una multa por haber  estacionado su automóvil en una zona prohibida, o por no  haberse detenido en la luz roja de un semáforo, nada, nada aparece anormal en el expediente impecable de este señor.

        Todo es alegría en la plaza, es carnaval, es feria, es juventud, es fiesta.

     La gente adulta, los niños y niñas con sus disfraces alegóricos a la fecha que se celebra caminan tranquilamente por la plaza, la gran mayoría está ajena a la reunión  de estos dos hombres, uno, el que en estos momentos representa la justicia y el otro, un ser impoluto, que nunca ha trasgredido la ley según todos los informes que yacen muy bien guardados en el escritorio del general situado a más de mil kilómetros de distancia.

Pero, en la capital de la república, allí también reposan las pruebas, que, aunque no vinculantes jurídicamente, sí son pruebas circunstanciales que este hombre es la persona que tiene que ver con todo lo que se traslada lícita o ilícitamente a través de las carreteras, puertos y aeropuertos  hasta  y más allá de fronteras del país y hacia otros continentes.

Nada se mueve dentro del país, tanto del comercio legal interno o externo, como del clandestino si este hombre no da la orden.

El policía está frente a frente con el “gran jefe”.
Este le dice con una amplia sonrisa  dibujada en su agradable  rostro tostado por el sol de una vida practicada al aire libre del trópico, viéndole con una mirada azul claro impactante, tendiéndole amablemente su mano derecha en señal de saludo:

-Buenas tardes General, ¿O lo debo llamar Comisario General? Le presento mis  disculpas  por no saber cómo llamarle por no estar muy familiarizado con esa cuestión de rangos y de uniformes.  Soy un humilde comerciante civil y nada más.

-Buenas tardes, Don Joselillo, es un placer conocerlo, aunque me parece haberlo conocido mucho antes de esta ocasión. Puede usted llamarme como guste, considero que a partir de hoy nos veremos muchas veces en el futuro  y espero nos comportemos como personas adultas que ya se conocen.

 –Así es, señor general, aunque salgo muy poco a eventos sociales o de otra naturaleza, lo mío es trabajar y trabajar como dicen mis amigos los portugueses, porque tengo una familia extensa a quien mantener, y unos hijos de los que algunos están estudiando en el exterior, y la cosa está fuerte para nosotros los hombres de trabajo honrado y digno.

-Estamos de acuerdo, Don Joselillo, le pedí a su amigo el alcalde de esta ciudad que me ayudara a ubicarlo, porque se me ha hecho imposible contactarlo, curiosamente su nombre no aparece registrado en hotel alguno de este estado.

        Don Joselillo dibuja una gran sonrisa en su agradable rostro y  contesta con mucha amabilidad:

-Sí general, él  hizo el favor de avisarme que usted deseaba hablar conmigo…El alcalde tiene en estos días su ciudad de fiestas y ferias. Pero ¿Para qué le puedo ser útil, señor general?

-¿Usted estuvo ayer por la tarde en el Hotel Agua de Plata?

-Sí, señor general,  si estuve en ese hotel, es más,  llegamos  desde el medio día, almorcé allí y dormimos también anoche en ese lugar.

       El general observa fija y detalladamente el rostro del hombre por primera vez y le dice:

-Aún así  su nombre no aparece en el libro de registro.

-¿Y por qué ha de aparecer?

-Porque por ley todos los huéspedes deben registrarse.

      El hombre mira muy serio al general, luego suelta una sonora carcajada y burlonamente le contesta poniéndose nuevamente serio:

-No tengo por qué  registrarme allí, señor general.




CAPITULO  6

SIN NINGUNA OPORTUNIDAD

El hombre es de baja estatura, va al volante, manejando su viejo y desvencijado vehículo, le prestaron ese carro para cargar unos bloques y el más nunca lo devolvió a su dueña. No le gusta pensar mucho, es más, casi ni piensa, casualmente esa tarde se hizo una pregunta ¿Cómo salir de esta situación económica que le agobia?

 Él  es trabajador en el sector construcción - al igual que sus hermanos, medios hermanos y amigos -  de trabajos y de actividades no tan santas vinculadas con el gremio.

Conoce muy bien la suerte que les ha tocado a varios miembros de los poderosos sindicatos, porque como dice un amigo experto en leyes de exportación, son gente de pensar sencillo y con una palabra sellan tratos multimillonarios, allá aquellos que no les cumplen con lo  pautado, como son gente muy sencilla, para el  o los que les incumplen los tratos acordados previamente existe una sola opción definitiva y clara: la muerte





CAPITULO 7

LA VERDAD SE OCULTA

-Le repito, Don Joselillo,  por  indicaciones en nuestras leyes vigentes toda persona debe registrarse en el hotel donde se hospeda, porque si no lo hace está infringiendo esa ley.

-Le repito: No tengo que registrarme, señor General

-¿Y por qué no ha de registrarse en el hotel, Don Joselillo?

-No tengo que registrarme pues yo soy el dueño de ese hotel.

      En su rostro el  General  dibuja una amplia sonrisa. En su interior piensa: “Van a saber quien soy yo  cuando regrese nuevamente a mi oficina y hable con el personal.  ¿Cómo fue posible pasar por alto esta acotación de que este hombre es el dueño de ese hotel? Rodarán cabezas, de eso estoy seguro” 

Y en voz alta y sonriéndole le  dice amablemente a Don Joselillo:

-¿Cómo va a ser, Don Joselillo y yo sin saberlo? Figúrese usted, todas las habitaciones de esta ciudad están a reventar y anoche no  conseguimos habitación para hospedarnos. Transitamos por todas partes sin tener  conocimiento que usted  posee su hotel a pocos kilómetros y que, según  nos enteramos después, anoche estaba  a medio llenar, es decir, tiene libre hospedaje a pocos kilómetros del centro de esta hermosa Ciudad de los Caballeros

-Así es, señor general,  ahora ya lo saben, el hotel está completamente a su orden, Comisario.
-Gracias, muchas gracias, Don Joselillo, es usted muy amable. Ah, una pregunta  más ¿Y qué hizo usted mientras estuvo ayer en su hotel?

 -Lo que hace cualquier dueño de hotel, aunque allí todo lo tenemos automatizado. Siempre es bueno atender los negocios personalmente, así puedo,  en el mismo  sitio  revisar las cuentas, entrevistarme con los gerentes, con los empleados, con los contadores  y  supervisar las instalaciones. Supervisar  también personalmente las  remodelaciones o ampliaciones. Entre otras cosas que recuerde, eso fue lo que hice ayer.

-¿En dónde estuvo usted anoche, Don Joselillo? 

El hombre lo mira largamente, como si lo estuviese midiendo y tranquilamente le suelta: 

-¿Esto es un interrogatorio, señor General?






CAPITULO 8

ERROR LAMENTABLE



Se comete  un error político.

 El hombre de la construcción ha llegado por malabarismos e ingenuidad política de autoridades regionales y nacionales a donde no debió llegar nunca.

El hombre se ha quedado con la candidatura a la alcaldía de un pueblo que no es su pueblo, es un pueblo al que no ha querido, ni nunca ha estado en su mente querer, como lo expresaría a viva voz más adelante con el correr del tiempo, sin el menor remordimiento, sin el menor disimulo.

 La hora ha llegado, el instante de la verdad ya le ha tocado, el candidato, se sonríe, todos, o más bien algunos,  dicen que él es un sindicalista honesto, obrero trabajador y responsable revolucionario.


 La lista con los pre-candidatos fue enviada al partido, a su sede en la capital de la república. Su nombre aparecía en el quinto lugar donde había llegado en las recientes elecciones internas.  Las autoridades nacionales, debían someter a una nueva revisión dicha lista, y aprobar o no la elección de las  bases, para que la candidatura a alcalde fuese otorgada al candidato que pasase todas estas revisiones.

           La persona que había ganado esa elección estaba inscrita en dos partidos, y esto le excluía automáticamente para ser designado como abanderado en esta contienda electoral por el poderoso partido que de seguro ganaría esa elección a escala municipal y nacional, y conquistaría también la mayoría de las alcaldías en disputa.

     Él hombre  había inscrito su  candidatura obligado por las circunstancias, pues sabía que no estaba preparado ni académica, ni intelectual, ni anímicamente para ejercer tan grande responsabilidad.


Se inscribió para complacer a los todopoderosos compañeros del sector sindical, no estaba en capacidad de decirles que no, porque según le expresaron, ellos le abrirían el camino para la consolidación de un liderazgo obrero.

En un principio supuso que no tendría ninguna opción,  y fue así como aceptó realizar la inscripción para la contienda electoral que se avecinaba. 

No podía defraudar la confianza en él depositada por los sindicalistas que tienen y mantienen un código de honor, que va desde las advertencias formales, hasta las más brutales, cuando consideran que les ha faltado el respeto. 

Así que no se inmiscuyan en sus asuntos,  también a los que les molestan  o les son incómodos los mandan a enfriar, esto es así en cualquier parte del mundo y acá no constituye una excepción.

 Quien se les atraviese, tiene sobreentendido que correrá graves riesgos para mantener su integridad física y su tranquilidad mental.

  En la construcción, desde antes de la creación de los sindicatos siempre ha sido así, y para ellos siempre seguirá siendo de esta singular forma.

Por lo tanto es mejor andarse con cuidado con esos personajes, pues son los mejores amigos del mundo hasta que descubren que fueron engañados o quisieron jugársela de más “vivos” que ellos.

 Como dicen los muchachos de mi pueblo: “los sindicalistas no juegan a los carritos”

 Son individuos serios, es por esto que con ellos hay que ser también circunspectos y andar con mucho cuidado,  porque son gente fuerte y de una sola palabra - y  siempre la cumplen-.

 Si están luchando por sus reivindicaciones, cuando exigen,  es porque están seguros que los patronos y las empresas pueden otorgarles más beneficios para sus afiliados. 

Cuando se sientan a hablar con los patronos es porque llevan sus cuentas claras y saben hasta donde pueden exigir que se les mejore sus salarios y cláusulas contractuales.

 Así que, les recomendamos “cero juego” con los contratos  firmados con los sindicatos.

Y menos con algunos de  esos sectores de la construcción, para que todos y todas estemos en paz y podamos dormir, caminar, vivir  y comer tranquilos.

Por más de un siglo los sindicalistas han luchado por las mejoras salariales de sus afiliados, han sido muchos los logros alcanzados, triunfos, amores, alegrías, desilusiones, innumerables muertes han quedado a lo largo de los tiempos, con  fracasos y tristeza, los éxitos de estos hombres de los sindicatos, no ha sido nada fácil para nadie.

Atrás han quedado sufrimientos, llantos y un camino lleno de muertes  como resultado tanto de  peleas internas como en las luchas callejeras con representantes de los patronos y gobiernos de turno.

Los sindicalistas a lo largo de tantos años son quienes llevan a sus espaldas las discusiones de los contratos colectivos, las inclusiones de los obreros en las empresas, los aumentos de salario logrados por acuerdos con los patronos, en fin, las reivindicaciones del sector.

Son el brazo luchador de la clase obrera, a la que han beneficiados por millones con los aumentos y reconocimientos de los derechos de una clase siempre  explotada por las grandes empresas nacionales y  transnacionales y sus representantes. 

Los capitalistas nacionales y sus mandantes en el exterior se han enriquecido, tercerizando y esquilmando a una  gran masa  de personas, que son los  afiliados a los numerosos sindicatos, hasta  que los sindicalistas  organizados mandaron a parar este saqueo del sudor de los trabajadores del mundo, pagando muchas veces con sus vidas las reivindicaciones obtenidas para todo su gremio.

De la dirigencia de estos sindicatos fue desde donde surgió la candidatura de esta persona para ser presentada a la consideración de los votantes de este municipio para la elección del alcalde.

 Ellos también creyeron y luego obtuvieron su adecuada respuesta.






CAPITULO 9

LA CLARIDAD DE UNA MUJER

     Están en su modesta vivienda de un barrio del pueblo, capital del municipio.  La mujer, al igual que él, es  de pequeña estatura. Fundaron una familia como muchas en este país: un día se encontraron, los dos estaban solos como ánimas en pena y decidieron acompañarse en esa inmensa soledad.


     Adán López, oriundo de un pueblito olvidado de los confines del llano  y ella,  Dalia Sansón, del centro del país. 

-Dalia, me propusieron para que le echara bolas a la candidatura para la Alcaldía.
-Bueno, chico,  acéptala para ver si salimos de abajo, aunque dudo que tú ganes algo, tú nunca has ganado nada en tu vida. 
-Negra, no seas así chica, cuando te conocí, te gané, y hoy después de más de veinte años aún estamos juntos y tenemos esta casa que es bastante, porque cuando nos metimos a vivir, no teníamos nada.


-Bueno, chico, contigo no he ganado nada. Al principio me he ganado mis golpes y maltratos sabatinos cuando te  metías unas cuantas botellas entre pecho y espalda y llegabas con una rasca y limpio cada fin de semana como siempre, tirando golpes y no al aire precisamente. Se enteraban todos los vecinos y tenía que ir a dormir casa de mi comadre Nellis, eso no era vida.
Pero, bueno, vale, ahora mis tres muchachos  ya están grandes y estudiando, algún día podrán salir de abajo  y no ser como tú o como yo, que solo somos unos burros condenados a trabajar todo el tiempo y juntando medio para completar un real

- Mi negrita, no seas así, que  no te ha ido tan mal como tú dices,  cuando te conocí estabas sola, hoy me tienes a mí.

-Gran cosota chico, un obrero y sindicalista pela bolas, eso es lo que eres tú.

-Bueno, pero tenemos esta casa, donde meternos, algo hemos conseguido juntos ¿No crees?
-No me friegues la paciencia,  chico, porque  yo siempre  tengo que trabajar como una burra, todo el día tengo que estar parada para poder ganar plata y así ayudarte con la comida y los gastos de los muchachos, pelando bolas es que hemos vivido, chico.

.-Pero eso se acabará mi negra, la gente del sindicato y del partido me apoyarán con todos los hierros y ganaré y podremos al fin salir de abajo.

- Fíjate muy bien, Adán, con quien andas, porque a más de uno de tus grandes  amigos los han dejado bien fríos y las familias han quedado con real, pero sin el padre o el marido, y tú no tienes plata, ni donde caerte muerto tienes.
Fíjate muy bien y no confíes en nadie, confía solo en tus hermanos, solo en ellos puedes confiar, los demás son unos pedigüeños y jala bolas, eso es lo que son todos.

- Tienes razón, mi negrita, tienes razón, siempre has tenido la razón, todos son unos pedigüeños.

Se encontraban en su humilde habitación, hablando acostados en la cama, él había regresado tarde de la reunión del partido en la capital de la región, donde le  informaron  “que Caracas,  tomando en cuenta sus méritos personales y  por ser obrero sindicalista le designó candidato” por el poderoso partido de gobierno para ir a la contienda electoral que se aproximaba, eso, ni en sueños  él lo había pensado.


-Mira, Adán  y ¿Quién te ayudó para que te dieran la candidatura? Tú  habías llegado de quinto en la consulta interna ¿Quién te apadrinó para que te designaran candidato? Eso no es gratis, y ¿Cómo quedó el que llegó de primero?


-Bueno, negra, el que llegó de primero esta bravísimo, pero él esta fregado porque aparece inscrito en otro partido. La lista de los precandidatos se sometió a lo contemplado  en el artículo número cinco de los estatutos del partido y mi nombre fue promovido al puesto uno y aquí estoy, soy el candidato del gran partido  de vencedores revolucionarios de siempre. 

-¿Y tú de verdad crees que vas a ganar? Tú no eres político, lo que sirves es para andar en tu bicicleta y sentarte a hablar  pendejadas en la plaza de los flojos de este pueblo.
-Claro que sí voy a ganar, llevaré la tarjeta del partido y el apoyo del  Comandante.
-¿Y si te investigan?
- Ya lo hicieron, y tú sabes que yo no aparezco en nada.

-Hasta ahora, hasta ahora, Adán.
-Negrita, tú sabes que yo me he cuidado siempre y además con esta cara de pendejo bien administrado que tengo ¿Quién va a sospechar de mí? Que apenas se hablarles.

-Bueno, a mí eso de la política no me  cuadra, porque  tener que estar ayudando a la gente que no es nada de uno, eso no va conmigo ¡Que va mí amor, lo mío es mío! Te digo para mí, el candidato que llegó de primero no se va a quedar tranquilo, ese va a querer reclamar y a ti te mandarán para el techo.

-Tranquila, negrita, si me designan, recuerda que él tiene una constructora, le ofreceremos un contrato grande y así se quedará tranquilito, ya tu verás mi amor, ya tu verás, se quedará sin el chivo y sin el mecate, y tendrá que quedarse calladito, calladito porque sino lo hace… ya tú sabes, ya tú sabes…







CAPITULO 10

TIEMPO PASADO

Tres años antes el candidato estaba en un aula de clases tratando de obtener su certificación de educación secundaria o bachillerato, le correspondió presentar un Proyecto Socio Productivo, formaba entonces un equipo de estudio con una amiga íntima, un compañero de sindicato  y un obrero,  todos se conocían, eran se puede decir “amigos” luchando por lograr la obtención de un bien común.

Al  futuro candidato se le consideraba no muy aventajado en sus estudios, del equipo de cuatro compañeros solo uno se podría decir que era el más competente, él era quien  templaba a sus demás compañeros para cumplir con sus obligaciones académicas. 

Por el trabajo demostrado por este compañero fue que se graduaron todos, el futuro  candidato  sabía que él no estaba muy bien preparado para avanzar, su facilitadora le dijo:

-Adán, debes presentar el proyecto para graduarte.
-Profesora, no estoy preparado para presentarlo, creo que usted y yo podemos hablar para llegar a un acuerdo.
-¿A qué tipo de acuerdo te refieres, Adán?

-Bueno profesora, como dicen por allí ¨usted, me ayuda y yo la ayudo”
-Cumplo con decirle que usted se equivocó, en la nueva educación bolivariana, ni vendemos cupos, ni promovemos a nadie que no haya cumplido con todos los requisitos que la ley establece para ello. Voy a pasar esta información a la coordinadora, para que esta tome las previsiones  por la falta a la ética como estudiante a las que  ha incurrido usted  al hacer semejante propuesta. El pensamiento negativo  a sí mismo se anula, por lo tanto el pensamiento mal sano, no existe. El que piensa mal, no piensa. El pensamiento constructivo vive.

 Pasaron por alto estas faltas. El estudiante fue perdonado y esto trajo sus consecuencias. Este hombre corrió con la suerte de estar en un equipo en el que uno solo de sus miembros era y fue capaz de trabajar por todos, y cumplir con los objetivos educativos para poder graduarse.

 Y por supuesto se vio en la necesidad de presentar su proyecto para poder graduarse de educación media.
A este compañero de estudios se lo encontrará unos escasos años después, y ya veremos como le recompensará por los esfuerzos realizados para que todo el equipo avanzara y se lograra el triunfo en la educación secundaria.
 Dice un viejo proverbio “lo que fue, es”.

 Los seres humanos muestran su condición a cada instante que se les presiona debidamente para tomar decisiones trascendentales.



CONTINUARÁ...





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