En la noche que separó el primer día del 2020 del segundo, tuvimos la fortuna de compartir una pijamada con la polémica escritora villacurana Ingrid Chicote.
Mi esposa, Licda. Thaimi Izzo, la poetisa en referencia y yo pasamos esas horas conversando de lo bueno, lo malo y lo divino de la vida.
Por supuesto que hubo un cuarto integrante a nuestra reunión: El dios Baco, el cual se presentó rodeado de la atmósfera jovial y distendida que le caracteriza y nos acompañó hasta que aurora, la de los dedos rosados, hizo huir paulatinamente las sombras de la noche para dar paso a un día brillante lleno de esperanzas.
Fue una experiencia increíble que todos deseamos, de corazón, se repita.
Marcos Leal Ceballos
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