SILENCIO A GRITOS

Por: Marcos J. Leal C.

08-03-2013

Amor
¿Acaso no escuchas
los gritos de mi silencio?

Amor
¿Acaso no lees 
lo rojo de mis ojos?

Amor
¿Acaso no sientes
la lluvia del  inmenso llanto?

Es por tí, amor,
tu cuerpo cerca del mío
está presente
aunque sin corazón
porque el tuyo
en la distancia vuela,
buscando otro pecho.

Te tengo a mi lado
y, a la vez, distante.

Amor sin alma
es como un cheque sin fondos.

Amor sin compromiso
es como un billete viejo.

Mi alma atormentada siente
que tu pregonada devoción hacia mí
es un falso preludio.

Amor de fín de semana,
eres agua cristalina
que en mi enorme sed
mis sentidos enciende
como última vela
en un altar
sin santos.

Cuerpo desnudo
que ante mí se muestra.
Corren el desdén
y el desprecio juntos.
¿De qué estoy  hecho,
mi Dios?

Como un susurro lastimero,
tendido en cama pagada,
me pregunto:
¿Quién soy?
Calladamente el eco me responde:
Soy un orate.

Río como un loco enamorado
buscando la verdad de este amor;
sin permiso,
sin presente,
sin aliento, 
sin mañana.

Se escucha un grito
en el interior de mi alma.
Que retorne a mí la razón.
Que retornen los pájaros a sus nidos.
Que retorne tu canto, tu poesía,
tu música a mis oidos.

Que retorne el agua
de la mar a los ríos.

Que retorne el ayer 
al mañana.

Que retorne el amor
a mi alma
sin pecado.

Que retorne la esperanza
al moribundo
que a despedida ha tocado.

Amor:
Que mi corazón se una
verdaderamente con el tuyo.

Que sea un sólo latido
en este frío nocturno
de mi silencio a gritos.

Amor,
soy un pobre ser
sin orgullo.

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